Fueron tardes lluviosas, fueron mañanas soleadas.
Fueron muchos días con sus noches, fue un paréntesis feliz en el tiempo.
¿Los recuerdas?¿los paseos por la arena, los días de bicicleta y bañador?.
No existía nada, solo nosotros y las orillas de los mares. Eramos jóvenes, niños exiliados de la realidad, dónde el eco de una guerra no nos importaba.
Eramos jóvenes, y no lo sabíamos. También eramos invencibles, imparables por la fuerza de la ignorancia.
Echo de menos sentarme a tu lado en los muelles cercanos al molino. Echo de menos cogerte de la mano y simplemente ser feliz. Recuerdo los flamencos y el olor a sal. Recuerdo la dulce timidez con la que me mirabas.
Hubo atardeceres entre besos, atardeceres en los que a veces esperamos al amanecer sentados en la playa, juntos, bajo lluvias de estrellas, o con lunas cómplices o con oscuridades absolutas.
De todo esto solo me queda la añoranza y una fotografía estropeada. Y en la memoria el sabor eterno que tus lágrimas dejaron en mis labios - lágrimas robadas de tu mejilla - el día de nuestra despedida. Creo que en el fondo sabíamos que te ibas para siempre, pero aún así nos despedimos con un "nos vemos pronto".
[inconcluso]
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