lunes, 7 de marzo de 2011

Hoy no doy más de si.

Un mes casi sin escribir, he estado con otras cosas

Pero hoy ya no doy mas de mi.



Y esta es la historia de una derrota. Otra derrota

Escucha el tic-tac del reloj de pared. Las gotas cayendo fuera en armoniosa tortura. Tienes que arreglar esa tubería que llora.
Adéntrate en el mundo de tu vida. Nada existe. Nada somos.
Siente como el tiempo pasa y nada logras. Sé consciente de como tu esfuerzo se escapa sin premio alguno. Siente la arena escapar entre tus dedos.
Percibe el olor más dulce, e intenta capturarlo.
Es tu mundo. Se escapa. Y ni en eso tenemos autoridad. Adivina ya te opina y, alguien mueve los hilos. O el azar se vuelve él solito contra algunos. O algunos saben vivir mejor que otros. ¿Y dónde se aprende a vivir?. ¿Se nace sabiendo?.
Y luego está el amor, que es maravilloso, y lo único por lo que realmente merece la pena vivir. Y la alegría, que te evade de la sombra, esa que a todos acecha.
También está el honor, y la templanza, la fuerza, el orgullo, y también los animales, que son nuestros hermanos.
Por esto hay que saber aprovechar los éxitos, y bebérselos, y disfrutarlos. Sentirse el número uno. Ser el mejor aunque sólo sea un rato. Un ratín. El rey.

Y avanzamos la verdad, piedra a piedra y codo a codo. Como en una colmena, lo que no hace uno lo hace otro. Lo que fulano hace mal, mengano lo arregla. Que claro, luego mengano le pega a mengana, pero esas son otras historias. Y avanzamos, aunque no sabemos si hacia atrás. Progreso. Carcajada cínica. No avanzamos, de momento nos movemos. Y yo estoy seguro de que ya he pasado por aquí, aunque siempre lo negaré delante de tus amigos. Tsss, es secreto.

Pero bueno, que no hay que olvidar a nadie, porque todos los que te rodean son importantes, y de distinta manera todos son parte de tu mundo, y sus mundos están a distintas distancias del tuyo, asique hay que pensar en el prójimo, pues todo lo que hagas influirá de un modo u otro a un mundo u otro. Y otro, y otro. Y normalmente del caos salen cosas nuevas. Cosas nuevas buenas. Cosas nuevas malas.

Y entonces pues le gritas. Agitas tu mundo y lo golpeas. Y con tanto zarandeo desordenas otros mundos. Pero te da igual, de un modo u otro la entropía siempre aumenta. Desorden y más desorden. Que te recuerden por villano. Y no te rindes porque quieres venganza, todos queremos ganar. Algunos siempre. Otros nos conformamos.
Y esta vez no quiero revancha. No me voy a levantar. Ya ni poeta, ya ni vida. Y luego está el amor, que es lo único que se salva. ¿De verdad crees que ha merecido la pena?. Yo no.

Alex De Leyenda - 7 de marzo de 2011, Desde mi mundo.