sábado, 4 de junio de 2011

Elegía

La calidez de nuestros cuerpos sumergidos. Tus enormes ojos claros,tu mirada. Tus manos en mi espalda. El saber que eras mía, que no había tiempo ni distancia que impidiera que fuesemos uno.

La cicatriz que dejaste en mi labio a modo de despedida. Las últimas palabras que no dijeron nada. Tus recuerdos, el cómo lo viviste. ¿donde están? se que nunca volverán.

Quizá fueron atrapados en algún limbo, y poco a poco caen en forma de mi nostalgia. Quizá se fueron del mismo modo que tú, del único modo que las cosas nunca vuelven. Quizá nunca existieron.

¿Fueron enterrados, ardieron y ahora vuelan en cenizas? Ni si quiera sé donde descansan. Fue tu último secreto

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