domingo, 28 de octubre de 2007

El arte de actuar

Charlaban dos sabios acerca de la vida, y muchos otros escuchaban sus argumentos y exposiciones.

Dijo uno:

No hay más verdad que la que muestras, no hay paso atrás en una actuación. El público ve solo lo que hay en las tarimas, no diferencia tu destreza, cree. La única verdad es lo que ponemos sobre el escenario. Y la verdad es que necesitamos Devorar al contrario, incomprensible e inevitable, subir encima de otros para parecer más altos es necesario.
Vivir es competir, vivir es actuar. No hay más

Y el otro contestó:

Triste perspectiva la tuya, amigo mío, titiritero de la verdad, manipulador de la realidad. Apariencias aparentemente parecidas... a mi parecer: Vivir es convivir
Pues no hay una mentira si no hay quien la escuche y la crea. Ni una verdad sin un corazón puro que la respalde. A un susurro tierno en el oído siempre le prosigue un escalofrío. A cada injusticia y a cada traición la indignación de los hombres buenos.

Tras hablar ambos sabios, sin llegar a ningún acuerdo, muchos de los seguidores de los partidarios del primero, asintieron a las palabras del segundo, dando a entender que su parecer había cambiado, sin haberlo hecho. Paradojicamente, esto le daba la razón al primer sabio.

Otros tantos, creyeron comprender lo que ambos discursos escondían, tomando por necesaria una mezcla entre ambas perspectivas de vida.

Sólo uno comprendió que en la transparencia se haya la única manera de una convivencia celestial y de compenetración natural. Desde entonces fue sincero. Siempre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos deberíamos ser sinceros siempre. Pero no es tan fácil...


Un beso!

Anónimo dijo...

Autor? :)

Alex de Leyenda dijo...

Cosecha propia